Hola comunidad de viajeros,
espero estén disfrutando de alguna aventura en algún lugar del mundo, pueden
contarnos a través de un comentario al final de la publicación.
Como lo prometido es deuda, en el
blog de hoy les contaré la segunda parte de mi experiencia en Valdivia, ciudad bonita con mucho encanto, les confieso
que me enamore de ella desde el primer momento que la caminé, exploré y sentí,
una vez me acomodé en mi nuevo hogar como nueva aventurera y viajera debía
prepararme para mi semana de inducción y el comienzo a un sinfín de experiencias
y amistades inolvidables.
Esa primer semana fue monumental
y muy determinante para el desenlace de mi estadía en Chile: una mezcla entre
esparcimiento cultural, superación personal (enfrentar miedos), de dejar atrás
un poco mi timidez y dejar florecer el encanto propio y el de mi tierra, y esto
era realmente importante ya que uno de mis propósitos en Chile era replantear la
manera en cómo hacia las cosas, así que de mi dependía que esta experiencia se convirtiera
en una de las mejores de mi vida.
En esta primer semana tuve la oportunidad de regalar un poquito de mi esencia y de mis raíces a personas de todo el mundo, pueden imaginarse la cara que pusieron los chilenos al probar las hormigas culonas, puedo confesarles que no fueron del agrado de muchos; chilenos, españoles, mexicanos, norteamericanos, franceses entre otros enloquecieron con el exquisito sabor del arequipe y del patacón con hogao y nada que decir de la reacción de la mayoría con el sabor de las arepas.
En esta primer semana tuve la oportunidad de regalar un poquito de mi esencia y de mis raíces a personas de todo el mundo, pueden imaginarse la cara que pusieron los chilenos al probar las hormigas culonas, puedo confesarles que no fueron del agrado de muchos; chilenos, españoles, mexicanos, norteamericanos, franceses entre otros enloquecieron con el exquisito sabor del arequipe y del patacón con hogao y nada que decir de la reacción de la mayoría con el sabor de las arepas.
Cuando emprendí esta experiencia siempre estuve segura que sería inolvidable, pero también estaba convencida que debía poner de mi parte para que fuera posible, el hacer nuevos amigos, el perder el miedo a hablar en una clase, el intentar ser más espontánea y divertida, el dejar de cuestionarme tanto las cosas, el aprender a vivir con el frió y la lluvia, el acostumbrarme a vivir en una cabaña con calefacción de leña, estos eran cada uno de los detalles que aunque parecen pequeños iban a brindarme los mejores 5 meses de mi vida.
Valdivia me permitió descubrirme,
en medio de sus calles frías y lluviosas, pero llenas de paz, tranquilidad,
naturaleza y vida, pude descubrir la belleza que emana de la riqueza hidrográfica
que la rodea y de la abundante vegetación que la adorna, recuerdo la paz que sentía
cuando cruzaba por el Puente Pedro de
Valdivia, cada vez que lo cruzaba, sin mentirles, tomaba una foto desde un
ángulo diferente, tal vez a los leones marinos, al mercado fluvial, a los
deportistas que practicaban remo o a los turistas que al igual que yo estaban
sorprendidos de tanta belleza.
Esta aventura en la pequeña y
acogedora Valdivia me permitió no solamente hacer amistades duraderas y
maravillosas sino que también me permitió enamorarme, vivir esa experiencia
bonita de cosquilleo en la guata al ver a ese chico, me permitió también hacer
un despliegue de mis habilidades y talentos profesionales y personales, pues
tengo que decirles que como buena colombiana no había otra en la pista que me
igualara, bueno no siempre, estoy exagerando un poco, pero bueno me encanta
bailar y Chile no fue la excepción para dejarlo todo en la pista. Como lo
mencioné unas líneas atrás, esta aventura me liberó de muchas inseguridades y
limitaciones mentales que existían dentro de mí, por primera vez en mi vida me
fui de mochilera con unas amigas hacia Bariloche, fue mi primera vez haciendo
Couchsurfing, les confieso que al comienzo moría de miedo, luego lo asimilé y
lo disfruté, también fue mi primera vez haciendo Trekking, experiencia con la que casi muero y que me dejó coja por
casi toda una semana, pero bueno también me lo disfruté, casi termino siendo
cargada por un argentino a eso de las 8pm cuando no hay nade luz, ahora lo
recuerdo y me da mucha risa.
En Chile carretee, estudié, me
enamoré, viajé, conocí lugares y personas increíbles, intenté aprender Francés,
pero esto no tuvo mucho éxito a pesar de contar con una excelente profesora(mi
bella amiga Francesa), conocí la idea de negocios de la que me enamoré
profundamente y que me llevaría al Éxito el día de hoy, entendí la importancia
del compartir y de su aplicación en la economía de hoy, comí mucho pan y palta,
aprendí a tomar once y a evitar utilizar la expresión “que pena con usted”, los colombianos la utilizamos mucho como sinónimo
de vergüenza, pero en Chile es tristeza literalmente. En Chile entendí que no
tenemos ni debemos cambiar quienes somos para agradarle a los demás, pues el
que te quiere y te valora te acepta tal como eres, también aprendí a convivir
con la lluvia y las bajas temperaturas, aunque les confieso que tuve mis
ayuditas, descubrí que lo que para uno es normal o sin gracia en Chile es exaltado,
nunca pensé que a los chilenos les gustase tanto la forma en como hablamos y
nos expresamos, también superé al medio en viajar largas horas por carretera,
en Colombia se me hacia una tragedia y en Chile viajé 24 horas en bus, mejor
dicho salí de mi zona de confort.
Estas son algunas de las cosas
que viví durante mi experiencia de viaje y que por más que pase el tiempo
perduraran en mi alma y corazón, es por eso amigo lector y viajero que está leyendo
este blog, si tienes en mente realizar un
viaje, no lo dudes por un instante, lánzate y atrévete a darle un giro
maravilloso a tu vida. Estoy convencida que viajar es más que visitar lugares, viajar
es vivir e intercambiar experiencias de vida con otros que comparten tus mismos
sueños e ideales. Si te gustó la publicación déjanos un comentario con el numeral #Viaggioco.